14 de febrero de 2009

El que se va sin que lo echen... vuelve sin que lo llamen

Acá estamos de nuevo, ahora desde otras latitudes, pero con el mismo propósito. Después de un buen tiempito retomamos la ardua tarea que es mantener un blog.
Ya instalada en la ciudad de
Punta Arenas, Chile, me sobra un poco de bastante tiempo para mantener actualizado el blog que lo tenia algo descuidado. El único detalle es que aún no tengo internet en casa, por temas de papeles y todo eso, pero lo que si tengo es mi nueva adquisición, que por ser la más pequeña de 3 hermanos y la única mujer, se gozan de ciertos beneficios que un papá todo corazón puede dar… mi Sony Vaio, una herramienta de estudio, trabajo y ocio.
Así estamos, con muchas expectativas para este 2009, con mucho trabajo por delante, proyectos y desafíos importantes… en fin, todo esto a modo de introducción, para los que quieran saber, y para los que no… ya lo saben, lero lero!

Comencé el mes de febrero leyendo un libro que estoy recomendando a todos los que trabajen con jóvenes o que simplemente se preocupan por alguien más que no sean ellos mismos.
"Cómo ayudar a jóvenes en crisis" , material de
Especialidades Juveniles.
Ambos autores ( Jim Hancock y Rich Van Pelt) en sus más de 20 años de trabajo en el ministerio juvenil, logran de manera clara y efectiva transmitir todo su conocimiento, a través de compartir sus experiencias que dejan ver su pasión y amor por la juventud.

Voy a transcribir de manera resumida una experiencia que cuenta RVP.

"… Mis labores como capellán en una institución a largo plazo para delincuentes juveniles incluían organizar y dirigir estudios bíblicos en pequeños grupos, en varias unidades (…) Finalizando mi tiempo con el departamento correccional; empecé a viajar un poco. Una noche, conduje hacia la cárcel para informarle a los chicos que no tendríamos el estudio bíblico esa semana, porque estaría fuera del área. Cuando llegué a la unidad, el supervisor de turno me encontró en la puerta y me pidió que lo acompañara a una reunión en la sala de personal. Bob explicó que Steve fue encontrado como homicida y suicida, por lo que lo tendrían en su habitación bajo observación, y le dijo al personal que implementara procedimientos de vigilancia suicida e insistió en que nadie más que él tuviera autorización para entrar a la habitación de Steve. Yo estaba desbastado, porque estaba interesado en ver si había lago que pudiera hacer para consolarlo o para brindarle esperanza. Pero tenía que respetar los límites que Bob había establecido (…).
Pasé algunos minutos con otros chicos de la unidad. Cuando llegó la hora de marcharme, le pedí a Bob que me dejara llegar a la puerta. Ahí fue cuando Dios me habló. La misma persona que, minutos antes, había sido tan clara en decir que nadie podría entrar al cuarto de Steve, estaba permitiéndome llegar a la puerta. Le dije: "Bob, creo que necesito ir al cuarto de Steve". "Nunca he sido capaz de detener a un hombre de Dios", respondió Bob. Luego abrió la puerta de Steve, me dejó entrar, y escuché el seguro de la puerta detrás de mí.
Steve estaba viendo a través de la ventana y ni siquiera volteó a ver quién había entrado. No tenía ni idea de lo que debía hacer. Todo lo que podía pensar era en la advertencia de Bob de que Steve era suicida y homicida. Eso significaba que Steve no era el único en riesgo en ese momento.
Vi una nota escrita sobre su cama, la levanté y lo que leí fue su carta de suicidio.
<>, le pregunté.
<> respondió Steve.
El cruzó la habitación hacia su armario, buscó debajo hasta el fondo, y sacó un cuchillo de carnicero que había tomado de la cocina principal (…)
Todo lo que pude decir en ese momento, fue: <>.
Él se lanzó hacia mí, dejando caer el cuchillo deliberadamente. Abrió sus brazos alrededor de mí, sollozando y esperando lo que parecía ser una eternidad. Cuando comenzó a recobrar la postura, me vio a los ojos, y dijo: <> (…).
Ese fue el inicio de una sanidad increíble en su vida…"

Voy a reconocer que soy muy sentimental, hasta las lágrimas, más cuando algo me pega muy de cerca. Esta experiencia solo es una de tantas otras que suceden a diario, algunas con un buen final como esta, y otras no.
¡La diferencia que se puede marcar cuando comprendemos que "no se trata de mi nada más"!
Quizás no tengas que pasar por una situación tan extrema como ésta, pero tal vez la chica que se sienta a tu lado en la escuela este pasando por alguna situación difícil, o tu vecino sufre la separación de sus padres, o tantas otras cosas que, gente que es cercana a nosotros, puede estar pasando y precise de tu atención y ayuda.

No esperes ir al África para ayudar, a tu lado hay mucha gente que está necesitada de algo que tú puedes dar.

1 pensadores actuales:

Araceli dijo...

Guaaauuu tremenda historia...beuno negri solo quiero decirte q a pasar d la distancia... estoy con vos y deseo q PAPA siga desarrollando en vos el proposito q te a destinado.... me hace bien saber q me tenes presente y todo lo q lei me sirvio mucho para cambiar de vereda mas seguido para ver las necesidades q hay en mi entorno...gracias x todo!!! besotes!!!