23 de octubre de 2008

Decisiones...


Donde hoy estoy, es resultado de las decisiones que tomé ayer. Mañana estaré donde hoy decida.

Todo en la vida son decisiones.

Una historia que escuche una vez contaba de unos hermanos gemelos, uno de ellos un hombre exitoso, con una gran empresa multinacional y una hermosa familia. El otro, un delincuente y alcoholico hombre que estaba en prisión.
Unos psicologos se interesaron en este caso, de cómo dos personas que crecieron bajo las mismas circunstancias, tuvieron dos destinos muy diferentes.
Ellos crecieron en una familia complicada. Su madre, una mujer de la noche y drogadicta; su padre un alcohólico violento, que los golpeaba sin razón alguna y que hacia pasar necesidades a su familia. Los hermanos fueron llevados a un orfanato, donde permanecieron juntos hasta la mayoría de edad. Esta era su historia.

Le preguntaron al hermano que estaba preso, cómo había llegado a esa condición, y el respondió:
Que su pasado y todas las circunstancias adversas que tuvo en su vida tenían la culpa de que el haya tomado ese camino de decadencia y siguiera los pasos de su padre. Que todo eso lo obligó a ser como era.
Y entonces le preguntaron a su gemelo que había alcanzado el éxito, cómo había logrado todo eso con el pasado que tuvo, y él respondió:
Que todo lo que había vivido en su infancia y adolescencia, lo motivo a tomar un camino totalmente distinto, que el no quería lo mismo para el y su familia, y uso su pasado como un impulso al éxito.

Sin importar las circunstancias, somos nosotros los que decidimos nuestro futuro camino.
Somos los únicos culpables de no alcanzar nuestros sueños y metas.
Las circunstancias adversas desafían nuestra mente y pueden romper las estructuras.
Para lograr alcanzar nuestros sueños, ver su cumplimiento, es indispensable estar decidido a alcanzarlo y no tanto saber cómo hacerlo, porque eso será consecuencia de una firme decisión.

"A fin de ganar, tienes que arriesgarte a perder". Una frase que no se de quién es, pero que sí que es un muy fuerte verdad.
Como ya lo expuse antes, muchas veces no estamos dispuestos a dejar cosas, ábitos, actitudes y demás por conseguir nuestros objetivos.
Una frase más popular "El que quiere celeste... que le cueste" y esa es la parte que no nos gusta.

Y ni hablar de esperar, todo lo queremos ya. Cuesta pasar por los procesos que nos dejarán listos para lo que esperamos de nuestro futuro, pero son indispensables.
Los resultados de no saber esperar, son como comer una comida cruda, como la oruga que sale antes del capullo, como sembrar y cosechar antes de tiempo, antes de que maduren las cosas.

No saber esperar puede complicarnos mucho las cosas, es no tener los cimientos firmes sobre los cuales edificar, lo que logrará que en poco tiempo se derrumbe lo conseguimos.

Demos tiempo a que el sueño madure en nosotros, que crezca dentro nuestro, para que esté listo y estemos listos para darlo a luz.

Que no demos a luz sueños prematuros.

Y por sobre todas las cosas, poner nuestra confianza en Dios, "porque sus pensamientos son más altos que los nuestros". Solo con su ayuda podremos tomar las decisiones correctas.

Abramos la mente y el corazón, para poder aprender las circunstancias que la vida nos presente, para identificar las oportunidades para un cambio mejor. "Tiempo y ocación acontecen a todos"

Alguien dijo "Si cambias tu manera de pensar, cambiarás tu manera de vivir"


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