El dice no tener opciones, patea las calles buscando lo que cree le puede hacer olvidar el dolor que la vida le brindó.
Su nariz blanca, y sus venas desdibujadas, pupilas dilatadas, y su corazón quebrado.
No conoce de esperanza, de abrazos y descanso.
No vuelve a casa, porque no la tiene, sobre algún banco o bajo un árbol intenta conciliar el sueño, si es que esas figuras cada vez más familiares se lo permiten. Sobrevive, pero quiere ausentarse del mundo.
No conoce a quién lo trajo el mundo, ella lo abandó al nacer.
Quien dice ser su padre está preso de las drogas y el alcohol, él sigue el mismo camino.
En algún lugar solitario, de espalda al mundo, deja caer sus lágrimas.
Él quiere salir, pero nadie le dijo cuál es la salida.
Ella no tuvo infancia, alguien se la robó.
Su madre le dio la espalda, y a las calles se vio obligada a vivir.
Su cuerpo le da el sustento, y la marca la lleva en su sangre.
Forzada por el desprecio y la soledad a abandonar el fruto de su vientre, aún antes de nacer.
Quiere borrar sus recuerdos aspirando más dolor, activando el reloj de arena.
No conoce del amor, la compasión y la amistad.
Sobrevive, pero quiere ausentarse del mundo.
La vida le dio dolor, y ella esconde sus lágrimas.
Ella quiere salir, pero nadie le dijo cuál es la salida.
Ellos, conocieron la verdad que los hizo libres.
Sus pasados fueron borrados con la sangre de Aquél que los amó.
Viven la vida con felicidad.
Ellos, no lo vieron, cuando recostaba su cabeza en el banco de la plaza.
Ellos, no la vieron cuando en una esquina ella esperaba.
Ellos quisieron tapar el sol con un dedo.
Ellos sabían la salida… y murieron con la respuesta.
Ellos no alcanzaron “El Propósito”.
Vos, sabes la salida para todos ellos…
¿Qué vas a hacer?
Su nariz blanca, y sus venas desdibujadas, pupilas dilatadas, y su corazón quebrado.
No conoce de esperanza, de abrazos y descanso.
No vuelve a casa, porque no la tiene, sobre algún banco o bajo un árbol intenta conciliar el sueño, si es que esas figuras cada vez más familiares se lo permiten. Sobrevive, pero quiere ausentarse del mundo.
No conoce a quién lo trajo el mundo, ella lo abandó al nacer.
Quien dice ser su padre está preso de las drogas y el alcohol, él sigue el mismo camino.
En algún lugar solitario, de espalda al mundo, deja caer sus lágrimas.
Él quiere salir, pero nadie le dijo cuál es la salida.
Ella no tuvo infancia, alguien se la robó.
Su madre le dio la espalda, y a las calles se vio obligada a vivir.
Su cuerpo le da el sustento, y la marca la lleva en su sangre.
Forzada por el desprecio y la soledad a abandonar el fruto de su vientre, aún antes de nacer.
Quiere borrar sus recuerdos aspirando más dolor, activando el reloj de arena.
No conoce del amor, la compasión y la amistad.
Sobrevive, pero quiere ausentarse del mundo.
La vida le dio dolor, y ella esconde sus lágrimas.
Ella quiere salir, pero nadie le dijo cuál es la salida.
Ellos, conocieron la verdad que los hizo libres.
Sus pasados fueron borrados con la sangre de Aquél que los amó.
Viven la vida con felicidad.
Ellos, no lo vieron, cuando recostaba su cabeza en el banco de la plaza.
Ellos, no la vieron cuando en una esquina ella esperaba.
Ellos quisieron tapar el sol con un dedo.
Ellos sabían la salida… y murieron con la respuesta.
Ellos no alcanzaron “El Propósito”.
Vos, sabes la salida para todos ellos…
¿Qué vas a hacer?







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